El Defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba estima que son innumerables los derechos ciudadanos vulnerados y calificó los hechos del pasado martes como demostraciones de violencia dignas de “patotas incivilizadas” y “hordas salvajes”. Respaldó al gobierno municipal legítimamente elegido y la implementación de medidas anunciadas y votadas por la mayoría de los ciudadanos.
Para Decara “Son injustificables los hechos de violencia manifestados por los choferes el pasado martes 30 de abril. Es necesario que los organismos de control impartan sanciones y que haya medidas judiciales de penalización y reparación, como un mensaje a la ciudadanía de que no está presa de las actitudes de patoterismo de ningún sector. Ningún interés justifica ni ninguna representación gremial legítima puede amparar la barbarie con la que actuaron los choferes.”
El Defensor considera que, como primera instancia, “la medida de un paro sorpresivo e intempestivo en hora pico para el uso del transporte, y que extendieron en principio por 48 horas, es injustificada porque se está en instancia de conciliación obligatoria, y priva del transporte público a totalidad de los ciudadanos. Amén de eso, lo más grave es el comportamiento de total desprecio con que el gremio en general y muchos choferes en particular, actuaron para con los derechos de los usuarios. Pusieron en riesgo la integridad y seguridad física de los ciudadanos que se encontraban en ese momento arriba de los colectivos. No tuvieron consideración con los usuarios a los que dejaron en medio de la calle, entre ellos niños y menores escolares que se encontraban en el trayecto hacia el colegio o hacia su casa y a los que deliberadamente bajaron de los colectivos dejándolos desamparados sin llegar a destino y sin ningún tipo de protección y resguardo, de la misma manera que a los adultos mayores, enfermos, discapacitados, trabajadores y vecinos en general.”
Continúa Decara: “No conformes con eso, durante los piquetes improvisados para cortar la circulación del tránsito en las arterias más sensibles de la ciudad, y que fue un acto de provocación abierta a la ciudadanía y las autoridades, agredieron a conductores de autos particulares y transeúntes que legítima, pacífica y espontáneamente hacían saber su desacuerdo con la medida de los choferes. Hemos sido testigo de escenas espantosas en las que los supuestos y autodesignados damnificados por el nuevo marco regulatorio del transporte, persiguieron y agredieron en una actitud de patoterismo salvaje a los ciudadanos indefensos, que en definitiva son los reales perjudicados por el accionar de los choferes.”
“Mientras tanto, hacían pedazos el patrimonio de la ciudad que pagan todos los vecinos rompiendo veredas y arrojando objetos de gran peso y porte contra el edificio municipal, en una manifestación que más tenía que ver con el de una horda salvaje que con la de honestos trabajadores preocupados por su fuente laboral, y en acciones más próximas al atentado que a la manifestación, porque no tuvieron reparo en que podían herir o lastimar a trabajadores, ciudadanos y funcionarios que a esa hora se encontraban dentro del Palacio 6 de Julio.”
Mario Decara manifiesta su “respaldo a las autoridades municipales legítimamente elegidas y a los marcos de negociación con todos los sectores, mientras sean pacíficos y legítimos, para que lleven adelante su plan de gobierno”. A la vez que “repudia las demostraciones de fuerza y de violencia ilegítimas que tiene por único objeto la imposición de los intereses de un sector, en desmedro de los derechos de todos los ciudadanos” y “brega por las condiciones de orden necesarias para el ejercicio de la autoridad de gobierno municipal que permita la implementación de políticas públicas anunciadas y votadas por la mayoría y que sean para el orden y progreso de la ciudad”
Por último, pide “a los sectores involucrados y autoridades competentes medidas de sanción y de reparación. Es necesario enviar de manera urgente un mensaje a la ciudadanía damnificada de que no están desamparados, de que no son rehenes impotentes e indefensos de las disputas de los distintos sectores, de que las autoridades velan por su seguridad, integridad y la vigencia de los derechos, también para ellos y no solo los de los sectores más fuertes o violentos. No podemos abusar de la paciencia y la conciencia cívica de esta ciudadanía que hasta ahora ha dado muestras de verdadero espíritu democrático manifestando sus desacuerdos en marchas pacíficas y sin incidentes.”
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