Es muy frecuente ver a las empresas hacer un análisis interno en épocas decaídas en el nivel de sus ventas que en aquellos momentos donde todo marcha para arriba.
Este error puede ser señalado como un problema cultural, es común escuchar en las Pymes afirmaciones como: “siempre lo hicimos así”; “a mi abuelo, que inició la empresa, no le gustaban mucho los cambios”; “no tenemos una metodología de control interno, no nos hace falta”.
Ahora bien señores empresarios, hay cuestiones que no son exclusivas de las grandes empresas, como tampoco lo son para épocas que no son florecientes:
1) El control en el nivel de gastos, en cantidad y calidad; 2) seguimiento periódico en el nivel de stock; 3) nivel de rotación de los mismos; 4) cómo están las cobranzas?; 5) cómo están las relaciones con nuestros proveedores y clientes?; 6) cómo vemos a nuestro personal?; 7) cómo estamos produciendo?, somos eficaces y eficientes?
Estas son sólo algunas de las preguntas que se deberían hacer en todo momento, con especial énfasis en un soporte de sistema que permita efectuar controles en forma rápida, que brinde información adecuada para la toma de decisiones.
Tener respuestas a estos interrogantes, permitirá a las empresas darle solución a los distintos problemas que se presentan en escenarios adversos, momentos en los cuales las ineficiencias salen a luz rápidamente. A diferencia de lo enunciado anteriormente, cuando el nivel de ventas crece periódicamente, no hay restricción en el nivel de créditos, el costo del mismo es razonable para la actividad, las empresas intuyen que el negocio es rentable. Lo que seguramente no saben con exactitud es cuanto están dejando de ganar?.
El no poder cuantificar lo que se está dejando de ganar, es una parte de la película, lo más grave son las consecuencias ante un cambio de escenario inesperado o no tanto. Esto sucede porque las empresas ya vienen con una inercia, y resulta muy difícil poder recortar gastos en forma inmediata, suspender inversiones en equipos/inmuebles, realizar reestructuraciones internas, bajar el nivel de endeudamiento, entre otras medidas necesarias.
Como se ha expuesto, las Pymes también deben tener: 1) Políticas bien definidas y verificables de corto, mediano y largo plazo; 2) Estructuras flexibles para la toma de decisiones; 3) Personal adecuado y comprometido, para trabajar tanto en épocas de escasez, como de abundancia (mayor compromiso con la empresa); 4) No temerle a la modernización de toda índole en la empresa y 5) Ir preparándola para comercializar tanto en el mercado interno, como en el externo.
Jorge Barzola
Lic. En Economía
Consultor y Asesor de Empresas
@jhbarzola
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